miércoles, 28 de noviembre de 2007

MINIFICCIÓN OCHO

El general, mirando con fiereza y apuntando con su espada al condenado -líder de la revolución sofocada-, dio la orden de "fuego" sin tener en cuenta hacia dónde habían dirigido la mira de sus fusiles los soldados del pelotón a la orden de "apunten". Lo supo mientras se desplomaba frente a la mirada tranquila del nuevo comandante.

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